viernes, 17 de abril de 2015

El Movimiento es Educativo o no es Educativo

El movimiento es cualquier acción de mover o moverse y gracias al movimiento podemos realizar la práctica deportiva pero; ¿alguna vez nos hemos preguntado si el deporte es bueno o malo? Por regla general sabemos que el deporte o mejor dicho la actividad física es esencial para el mantenimiento y mejora de la salud y la prevención de las enfermedades, para todas las personas y a cualquier edad. La actividad física contribuye a la prolongación de la vida y a mejorar su calidad, a través de beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales, que han sido avalados por investigaciones científicas. Digo esto de actividad física porque no creo que un deportista de élite este más sano que una persona que realiza de 30 a 45 minutos diarios de ejercicio físico. Hay individuos que abusan de su cuerpo por el simple motivo que tienen que vivir de él y desde mi punto de vista prefiero ser un deportista de élite que no hacer deporte pero también hay que saber que esto puede traer unas consecuencias.

Voy analizar el deporte rey, el fútbol. El fútbol es un deporte de contacto y de alto impacto. Con el juego globalizado y con un gran mercado, los futbolistas son los gladiadores modernos sometidos a exigencias en las que en algunos casos el deporte no es salud.

Las lesiones de abuso en la práctica continua de esta popular disciplina determinan cuadros patológicos. Más allá de las contusiones, esguinces, rupturas de ligamentos y desgarros musculares, mencionaremos una que sirve de modelo para cualquier lesión de abuso: la famosa pubalgia o enfermedad de los aductores, conocida como “Perisinfisitis pubiana de Andrivet” o “Enfermedad de los futbolistas”, sin perjuicio de que no sea exclusiva de ellos.
En suma, es efecto más de la sobreactividad o sobreesfuerzo que del entrenamiento en sí. La lesión que en un comienzo era reversible es arrastrada a la cronicidad.

Me ha llamado mucho la atención en la última práctica de la asignatura no solo hacer esta reflexión sobre el deporte sino también, una cita que he leído cuyo autor es desconocido que dice, “Si con el deporte perdemos la cabeza, no me quiero imaginar sin él”.
Se puede pensar que el fenómeno deportivo puede llevar a la locura colectiva, pues no son pocos los casos que vemos donde desgraciadamente unos individuos la toman con un árbitro, el rival, la grada, instalaciones…pudiendo llegar a pensar que el deporte ha hecho que perdamos la cabeza.
El deporte en ocasiones conlleva situaciones de violencia física verbal y actos de vandalismo por parte de individuos que no entienden el deporte como otra cosa que no sea fanatismo y llevar la pasión de su equipo hasta el límite de lo permitido.
Ahora cada uno que valore hasta que punto el deporte o desde mi punto de vista mejor dicho actividad física es bueno, malo o educativo o no educativo.


martes, 14 de abril de 2015

Apuntar cosas sin sentido

El libro de Daniel Pennac “Mal de escuela” aborda la cuestión de la escuela y la educación desde el punto de vista de los malos alumnos.
A modo de solución Pennac dice que entre el profesor y el alumno debe de crearse un vínculo estrecho en el que se realicen tareas especiales para el alumno en particular, de manera que pueda sacar a la luz sus ideas y pensamientos, es decir, lo que el profesor tiene que intentar conseguir es una metodología adecuada para cada alumno, ya que, cada sujeto tiene un infinito repertorio de posibilidades y es tarea de los profesores potenciarla para sacar el máximo de cada persona.
 Sin embargo, la educación de los niños no está solamente en las manos del profesor y de los alumnos, los padres también juegan un papel primordial aunque pocas veces saben afrontar el problema de sus hijos.
 La escuela juega un papel muy importante en la educación de los niños, ya que, muchas veces pasan más tiempo en la escuela que con sus padres. Por lo tanto, tanto los padres como los profesores tienen que implicarse en la educación teniendo entre ellos una buena comunicación.

A modo de conclusión este libro es una profunda reflexión sobre la educación y que los profesores tienen que saber utilizar la metodología adecuada a cada alumno para que puedan desarrollar sus capacidades. Mal de escuela es la historia de una metamorfosis. De cómo un mal alumno llega a ser profesor y más adelante un escritor reconocido.

Me he sentido muy aludido leyendo el libro de ‘’Mal de Escuela’’. En mi época de adolescente, abandone totalmente la asignatura de matemáticas debido a la mala relación que teníamos, exactamente aun me acuerdo en 1º E.S.O. El primer motivo fue porque era una cosa que lo veía imposible, me parecía más fácil poder  ´´volar´´ que aprender las matemáticas para que veáis hasta el punto que llegue irónicamente. El segundo motivo claramente fue porque no me gustaban, era odio eterno.
Miraba la pizarra y alucinar era poco, aquello era una pesadilla, llegue al punto de ni copiarme, ni pedir ayuda, ni nada por el estilo. Abandono total. También tengo que decir que ningún profesor estuvo pendiente de mi todo lo contrario, les daba igual. Ahora me doy cuenta de que es lo que buscaban mis profesores y era ganar dinero y marcharse a casa.Mi educación no tenia importancia, pero eso te das cuenta ahora, no siendo niño. Está claro que yo nunca pedí ayuda pero un niño que desde 1º E.SO. hasta 4ºE.S.O. suspende las matemáticas ¿es normal? ¿Nadie se dio cuenta? Tampoco costaba mucho llamar a mis padres y explicarles la situación…

Pero ya un poco más mayor en 4º E.S.O. decidí que quería sacarme el graduado escolar cosa que antes no tenía muy claro por lo revoltoso que era y aprobar las matemáticas era imposible ya que no tenía ninguna base pero como sabía que el comportamiento contaba mucho decidí no molestar a nadie y apuntaba todo lo que el profesor escribía en la pizarra o oralmente. Yo no tenía ni idea del significado de los números  que ponía en la pizarra pero así también se me pasaban las horas más rápidas y mi comportamiento era de querer aprender la asignatura aunque cuando el profesor veía mis exámenes alucinaba ya que le ponía barbaridades.
En aquel entonces no hacía falta aprobar todas las asignaturas para obtener el graduado pero sí que todos los profesores estuvieran de acuerdo en la votación del mismo. Un día me encontré con Juan Velasco por los pasillos y no sé cómo exactamente porque hace muchos años salió el tema. Ese día fue uno de los más felices de mi vida como estudiante, ya que me dijo que no me preocupara de nada que aunque no aprobara la asignatura mi voto lo tenía para la obtención del graduado. Al final el sacrificio de estar apuntando cosas sin sentido me valió de algo.
Aunque más adelante, pague lo que de pequeño parecía que las matemáticas no servían para nada ya que decidí estudiar una carrera y para llegar a ella tenía que hacer diferentes pruebas. Primero la prueba de acceso al superior y más adelante el selectivo.

Gracias a un profesor de repaso, me di cuenta que no hay nada imposible; solo ganas y echarle las horas que sea necesario. Si a ti te cuesta el triple que a otro de horas pues el triple, pero no rendirse nunca. Una vez llegado a la universidad me di cuenta que cuando una persona se propone algo puede hacer lo que quiera sea lo que sea.